Durante la emisión de “Intrusos” el animador bailantero vio fotos de su ex mujer divirtiéndose en un boliche porteño cuando aún estaban juntos. Ella se defendió mientras él mostró su tristeza en primer plano.
La televisión educa y entretiene, dice el concepto que mejor define a este poderoso medio de comunicación. Sin embargo, también en los modernos tiempos que vivimos tiene la virtud de informar en vivo y directo, con pruebas y todo, cuando una pareja se derrumba irremediablemente por los engaños y mentiras de unos y de otros.
La televisión menu, la TV a la carta, este martes tuvo su mejor exposición de escándalo cuando en el programa “Intrusos en el Espectáculo” le mostraron a Daniel “La Tota” Santillán supuestas fotos comprometidas de su ex mujer, la vedette, Fernanda Vives, “pasándola muy bien” cuando aún eran una “felíz pareja”.
“Tota quédate con nosotros que te vamos a mostrar unas fotos que revelan que Fernanda te pudo haber engañado”, le dijo como con un médico sin anestesia el conductor Jorge Rial a Santillán, quien había sido convocado al móvil para una nota de “color” desde Mar del Plata.
El rostro del ahora actor y cantante se transformó en segundos y las gotas de sudor colmaron su frente mientras, con cierto suspenso creado por Rial, se demoraron esas fotos que la “Tota” deseaba ver más que una parrillada completa.
Exactamente a las 17:00 –justo cunado la competencia de “Los profesionales de siempre” da comienzo en Canal 9— Rial develó el misterio de las fotos, que de “comprometidas” se transformaron en “según el contexto en que se las mire”.
Las imágenes en cuestión mostraban a Vives muy divertida en una disco bonaerense danzando con un ex participante de “Bailando por un sueño” en tres fotos “comprometidas”, una de ellas jugado un “cabeza a cabeza”, otra danzando muy cerca y la tercera una parecida a esta última pero deformada por el flash de la cámara.
“La segunda me parece muy comprometida porque ella lo toma a él de la cintura”, expresó alarmado un integrante del panel, mientras la “Tota” maldecía por lo bajo.
En definitiva, las fotos no fueron tan comprometidas, sino la fechas de las mismas –fines de octubre o primera semana de noviembre— cuando el animador de bailantas tuvo que cumplir todos los fines de semana un contrato en Santiago del Estero y su mujer por entonces se quedaba sola en Buenos Aires.
“Estoy decepcionado. Ella me re juró que nunca fue a bailar esas noches, y yo la llamaba a casa y recién la encontré a las once de la mañana”, relataba con su cara de cordero degollado el ex participante de “Cantando por un Sueño”.
Por supuesto, luego salió al aire en el programa Vives quien en vez de aclarar, oscureció, y solo faltó que el “pata de lana”, el bailarín que estuvo esa noche con la vedette diera su versión. Para eso habrá que esperar seguramente las próximas horas.
“Le hemos dado a la Tota la peor de las noticias, solo hay que mirarlo”, sentenció uno de los conductores del ciclo de chimentos.
TV MENU no puede dejar de señalar que en este contexto extrañamos el cenicero de Susana a Roviralta, la decepción de Beatriz Salomón cuando se desayunò de los manejos de su ex marido cirujano de travestis, y el de la vecina, Doña Rosa, quien pescó con otra en el taller a Don Juan, su esposo.¡ Eran historias más creíbles..!
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